UN PROBLEMA DE DOS.
Para nosotras las mujeres el sexo constituye un elemento importante en la construcción de la estabilidad y el bienestar de nuestra vida en pareja pero, no sólo eso, la espontaneidad de nuestras relaciones sexuales y la satisfacción sexual-tanto propia como de nuestro compañero- es esencial para alcanzar la realización plena.
¿Pero que pasa cuando nuestra pareja comienza a experimentar problemas con sus erecciones de manera cada vez más frecuente?
Recordemos que los problemas de erección consisten ela incapacidad persistente o recurrente para lograr o mantener erecciones lo suficientemente rígidas para tener relaciones sexuales satisfactorias. Esto significa que las anomalías existen cuando el hombre las experimenta de manera permanente o repetitiva, ya sea como imposiblidad total o intermitente para lograr la erección o si las erecciones son insuficientemente rígidas o tan breves que dificultan la actividad sexual.
Comúnmente se piensa que la DE (Disfunción Eréctil) es una parte inevitable de la edad, sin embargo "la sexualidad no tiene fecha de caducidad". La DE surge, normalmente, por ciertas enfermedades, medicamentos o hábitos inapropiados que interfieren con el flujo sanguíneo.
No es de sorprender que cuando un hombre experimente DE, desarrolle sentimientos negativos y juventud y su vida sexual. En un inicio seguramente inseguro o con temor de hacer el ridículo. Tampoco es extraño que ante estqa avalancha de sentimientos espacie o su´rima los encuentros sexuales, afectando de esta forma también a su pareja.
Una vez identificado el cuadro DE, ekl consejo de los especialistas es animar a la pareja a acudir al médico yu, sobre todo, acompañarlo para conocer de primera mano toda la información sobre la DE y juntos encontrar la mejor alternativa de tratamiento, pues lo ue está en juego es recuperar no sólo la erección sino al vida sexual de ambos.
